En el pleno ordinario del Ayuntamiento de Sagunto correspondiente al mes de junio celebrado ayer, se acordó la declaración del año 2024-2025 como el año Joaquín Rodrigo. Concretamente, desde junio de 2024 a julio de 2025. Esta propuesta de la delegación de Cultura fue aprobada por la totalidad de las formaciones políticas que conforman la Corporación Municipal.
Joaquín Rodrigo nació en Sagunto el 22 de noviembre de 1901, día de Santa Cecilia, patrona de la música, y falleció en Madrid el 6 de julio de 1999. Según el propio músico, fue la pérdida de la vista a los tres años la que le condujo a la vocación por la música. Empezó sus estudios de solfeo, violín y piano a los ocho años, y a partir de los 16 comenzó a estudiar armonía y composición en el Conservatorio de Valencia.
Su importancia para Sagunto se refleja en que llevan su nombre en la ciudad «una calle, un colegio, el Conservatorio y el Auditorio, lo que supone un recuerdo constante hacia su persona y su creación». El objetivo de este reconocimiento es «fomentar el conocimiento de la música creada por tan insigne Maestro entre las generaciones más jóvenes de la localidad, así como mostrar al conjunto de la ciudadanía su vasta creación musical».
Según se indica en el expediente creado por el departamento municipal de Cultura, las primeras composiciones del maestro Rodrigo datan de 1923 (Suite para piano, Siciliana – para violonchelo). Y ya en 1924 creó su primera obra para orquesta, Juglares, y obtuvo el Diploma de Honor en un concurso nacional con su obra Cinco piezas infantiles, que se estrenaría más tarde en París.
Algunas de las obras de su amplia creación son: Preludio para un poema a la Alhambra, Homenaje a la Tempranica, Tres viejos aires de danza, Per la flor del lliri blau, Homenaje a Sagunto, Pasodoble para Paco Alcalde, El niño que soñó la música, Concierto de estío, Concerto in modo galante, Sones en la Giralda, Fantasía para un gentilhombre, Sonatas de Castilla, Capriccio.
Debido a su ceguera, Joaquín Rodrigo escribió todas sus obras en sistema Braille, dictándoselas posteriormente a un copista. En 1927, se trasladó a París para ingresar en la Escuela Normal de Música y estudió durante cinco años con Paul Dukas. Pronto se dio a conocer como pianista y compositor en los ambientes musicales parisinos, entablando amistad con grandes figuras de la época como Milhaud o Ravel.
Joaquín Rodrigo regresaría a España definitivamente en 1939 para instalarse en Madrid. Y, solo un año más tarde, estrenó el Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta, obra cumbre de la carrera del compositor saguntino. A partir de ese momento, desarrolló una intensa actividad artística tanto creativa como académica. Además, fue invitado, debido a su calidad de excelente pianista y conferenciante, a hacer giras por España, el resto de Europa, Latinoamérica, Estados Unidos, Oriente Medio y Asia.
La música de Joaquín Rodrigo representa un homenaje a las distintas culturas de España. Ningún otro compositor español se ha valido, como fuente de inspiración, de tan variadas manifestaciones del alma de su país, desde la historia de la España romana hasta los textos de los poetas contemporáneos. Su música es refinada, luminosa, fundamentalmente optimista, con evidente predominio melódico y con armonía original.
Aunque sus primeras obras tienen una clara influencia de los compositores de su tiempo, pronto surgió su voz personal que llegaría a crear un singular capítulo de la cultura española del siglo XX. La variada creación musical del maestro Rodrigo incluye once conciertos para distintos instrumentos, más de sesenta canciones, obras corales e instrumentales, y música para escena y cine.
Foto de archivo. Joaquín Rodrigo y su mujer, Victoria Kamhi, en su visita a Sagunto por el homenaje del 50 aniversario del Concierto de Aranjuez (1990).
Sus escritos sobre música son numerosos y demuestran su profundo conocimiento de las artes, ya que se tratan temas tan variados como la polifonía española del siglo XVI, los poemas sinfónicos de Richard Strauss, y la dirección de orquesta, entre otros. Joaquín Rodrigo, además, recibió durante su vida diversas distinciones de gobiernos, universidades, academias y otras entidades civiles y musicales de muy distintos países. Entre ellas destacan: Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, Gran Cruz del Mérito Civil, Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo y de las Bellas Artes, dos veces Premio Nacional de Música, Doctor honoris causa por diversas universidades, Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Premio Fundación Guerrero.
«Con motivo del 90 aniversario de su nacimiento, en 1991, se celebraron conciertos-homenajes dedicados a su música en todo el mundo», explica la concejalía de Cultura. Además, Joaquín Rodrigo fue ennoblecido por S.M. el rey don Juan Carlos I con el título de Marqués de los Jardines de Aranjuez. Más tarde, en 1996, recibió la distinción más alta concedida en España, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, entregado por primera vez a un compositor.
Foto de archivo: Joaquín Rodrigo recibe del alcalde de Sagunto, José García Felipe, una placa de parte del Ayuntamiento de Sagunto y la Conselleria de Cultura en el acto de homenaje por el 50 aniversario del Concierto de Aranjuez (1990).