El Ayuntamiento de Sagunto ha aprobado una moción de condena por el asesinato de Fátima Mansouri. La violencia de género constituye uno de los mayores ataques a los Derechos Fundamentales como la libertad, la igualdad, la vida, la seguridad y la no discriminación, derechos proclamados en la Constitución Española.
Esta moción ha sido aprobada por los votos a favor de todos los partidos políticos (PSOE, PP, IP, Compromís y EU) excepto el de Vox, que se ha abstenido.
La moción, exponente: hacer visible la realidad y amplitud de la violencia hacia las mujeres: nos negamos a ser cómplices con nuestro silencio. Considerar la violencia machista como un hecho social del que todos y todos somos responsables, no una cuestión privada en la que no se debe intervenir. Expresar públicamente nuestro rechazo a la violencia y exigir la responsabilidad incuestionable de quien la práctica. Considerar que las mujeres y niñas con alguna discapacidad física, psíquica y/o sensorial son más vulnerables en cualquier ámbito. Considerar que el colectivo de mujeres inmigrantes es especialmente vulnerable por lo que respeta a la violencia de género. Promover y apoyar las iniciativas de prevención de la violencia de género que se producen en nuestro municipio. Definir actuaciones en un marco global, y establecer políticas y medidas de protección, apoyo y acompañamiento a todas las víctimas de violencia contra las mujeres. Cooperar de manera eficaz entre las instituciones, organizaciones, asociaciones, fuerzas y cuerpos de seguridad y recursos existentes para adoptar un enfoque integrado y desde la perspectiva de género con vistas a la erradicación de la violencia contra las mujeres. Potenciar los programas y actividades que incorporan nuevos modelos de convivencia y una cultura de paz. Propiciar la participación activa de las mujeres y de los hombres en la lucha por la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Fomentar una actitud crítica, solidaria y comprometida de toda la sociedad frente a la violencia machista.
La violencia contra las mujeres no se ciñe a una cultura, región o país, ni a grupos particulares de mujeres en la sociedad. Las raíces de las violencias contra las mujeres yacen en la discriminación todavía persistente en la sociedad patriarcal en la que vivimos. Se trata de una violencia estructural, basada en una construcción sociocultural que supone la manifestación más grave de la desigualdad de género, un atentado contra la paz y el libre desarrollo de las personas y contra la democracia. Es un problema de los poderes públicos, de las instituciones y de toda la sociedad en su conjunto.